ENCUENTRO

La luna pintó la mañana
-la luz, escondida en tu pelo-,
sentada en el banco llorabas
-tus manos, dos alas sin viento-.
Llené mis pinceles de brisa
-tus ojos, regalo del cielo-,
trazando en el aire sonrisas
-tus labios, mi nido de besos-.
Alzaste tu rostro de rosas
-mejillas prendidas de fuego-,
callando tu voz, temblorosa
-tu lengua de mar, en silencio-.
Pasaron eternas miradas
-tus brazos, cordel en mi cuerpo-,
buscando una ingenua palabra
-tu pecho, tambor del deseo-.
Por fin me volé por tu boca
-tu cuerpo, la flor de mis sueños-,
y fuimos idéntica sombra,
dos olas sin playa, sin miedo.
M.A.W. 23-9-04®
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